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martes, 17 de mayo de 2011

PARADIGMAS EDUCATIVOS





Herder Puerta

herderpuerta@yahoo.com.mx

El avance tecnológico generado en las últimas décadas en el campo de la tecnología, la cibernética y la ciencia, ha propiciado en avance acelerado en el ámbito de las telecomunicaciones y de la información, donde se evidencia un nuevo desarrollo de la sociedad humana; la cual está inmersa en la revolución de la información. Ante esta perspectiva, la educación debe dar una respuesta apropiada, que logre un desarrollo en el campo de la formación del ser humano en términos holísticos.

A lo largo del proceso educativo, han surgido diferentes concepciones pedagógicas enmarcadas e influenciadas por un determinado paradigma, que buscan lograr el objetivo de formar. Es así, como vemos corrientes educativas con una orientación de corte positivista, en la cual el fenómeno educativo se visualiza como proceso estrictamente conductivo, desde esta óptica el conocimiento ya está dado, por consiguiente no permite la problematización, negando la intervención del aprendiz en la construcción del mismo. A su vez se sustenta en la memorización como método de aprendizaje; en el existe una estricta división de los roles docentes y educandos, el docente se convierte en la figura poseedora de conocimiento en un sistema rígido en donde la participación del educando es de receptor de conocimiento de corte memorístico, el es un ente pasivo. Dentro de esta visión se pretende formar individuos inflexibles, acríticos e individualistas.

Alternativamente, la gestión educativa se enmarca dentro del modelo constructivista, ella pretende una educación permanente y democrática, concentrada en la relación profesor alumno. El estudiante tiene una participación activa en dicho proceso, el es capaz de sugerir, de adecuar, de transformar la propuesta planeada previamente por la institución, el debe de ver el fenómeno educativo como propio, el se convierte en coautor, copartícipe y solidario de su propia formación, y el docente, es un tutor del proceso educativo.

En la construcción de la reflexión humana, han existidos dos grandes corrientes contrapuestas de pensamiento, una de tipo deductivo, el racionalismo que trata de explicar la realidad partiendo de principios y teorías, que van desde los conceptos a los hechos y otra de tipo inductivo, el empirismo cuya explicación de la realidad parte de los hechos y experiencias concretos y desde ellos asciende al os conceptos, teorías y principios. Estas dos visiones generan dos formas contrapuestas de construir ciencia y ellos afecta no sólo a la ciencia de la naturaleza, sino también a la ciencias del hombre y de la sociedad.

Posteriormente, estos dos enfoques actúan como macro modelos teóricos explicativos, llamados paradigmas. La idea de Paradigma es muy antigua, pero el concepto de Paradigma ha sido definido y explicitado por Kuhn (1962) en su obra “Las Revoluciones científicas”, el cual lo define como un esquema de interpretación básica que comprende supuestos teóricos generales, leyes y técnicas que adopta una comunidad concreta de científicos. Así, el Viejo paradigma, cuyos precursores fueron Descartes, Newton y Bacón; descansaba sobre la creencia en la certeza del conocimiento científico y establecía un sistema de investigación cerrado, mecanicista y racional, basado en La Ley de Causa y Efecto. Donde la ciencia natural, creía ser objetiva e independiente del observador humano y del proceso del conocer, determinando la metáfora del conocimiento como un sistema de pensamiento, leyes y principios fundamentales, entre otras; influyendo en el proceso educativo.

Por su parte, en el Nuevo Paradigma, se considera necesario, incorporar explícitamente a la epistemología, la comprensión del proceso del conocimiento, en la descripción de los fenómenos naturales; y concibe la verdad como una red de relaciones, donde las descripciones forman también una red de relaciones transversales, que representan los fenómenos observados. Igualmente, en el nuevo paradigma, se renuncia a la idea de que la física ofrece el modelo básico para todas las demás ciencias y entrega los elementos para la descripción científica. Establece un sistema de investigación abierto, que permite el intercambio de energía e información.

Actualmente, ambos paradigmas influyen de una u otra manera en el proceso de enseñanza – aprendizaje, y tienen relevantes implicaciones en la forma de construir y aplicar las reformas educativas, en la práctica escolar diaria. Así se tiene, que hoy el trabajo del educador, es más de guía, orientador, consejero y amigo, que busca la información y la verdad, aumentando así la participación del estudiante.

Por lo tanto, se observa que la convergencia de la tecnología de la comunicación e información, está cambiando los paradigmas de la educación; y la pedagogía, debe hacerse planteamientos y cuestionamientos, sobre como transformar a sus prácticas tradicionales en la conducción de los procesos de enseñanza y aprendizaje autónomo en los alumnos. De tal manera, que los educadores, tenemos el compromiso de repensar la educación a la luz de las nuevas tecnologías de comunicación e información, frente al cambio que pide a gritos la educación para el siglo XXI, bajo enfoques pedagógicos nuevos y con herramientas tecnológicas no convencionales.

En otro orden de idea, la modernidad está caracterizada por la autorreflexión, es decir, el sujeto al obtener el conocimiento teórico, realiza un análisis y este conlleva a una retroalimentación. Habermas (1987), resalta que gracias a este proceso mental, un individuo no sólo es capaz de transformar el conocimiento, sino a la sociedad. Otra característica de este periodo es la descontextualización, específicamente al surgir de una emancipación contextual; en otras palabras, se pretende que haya una renovación total del entorno en que se desenvuelven los seres humanos para no seguir con la transmisión ideológico-cultural. Hablamos de un hombre humanista, progresista, urbano, e individualista.

En cuanto a la Posmodernidad, está caracterizada por el auge y decadencia del capitalismo, la economía emerge como una prioridad dentro de la humanidad (el consumismo). Al contrario de la modernidad que impulsaba un desarrollo integral del individuo, la posmodernidad se encarga de darle prioridad al capital humano. Importa más el “tener” que el “ser”: la apatía se apodera del pensamiento y el actuar social, la reflexión queda en el olvido y la posición económica, es más importante que los conocimientos y la calidad humana de los individuos.

Por ello, los cambios en la educación son consecuencia de la crisis de valores de un individuo; la globalización ha llevado tal deshumanización a todos los aspectos sociales: familia, sociedad, política, los medios de comunicación, entre otros. La escuela ya no creará más seres pensantes, reflexivos, críticos ni humanos, ahora la formación estará estrechamente relacionada a la formación de sujetos pasivos, apáticos, desinteresados de sí mismos y de su entorno, con claros estigmas estereotipados marcados socialmente desde la infancia, por ejemplo: la acumulación de reconocimientos académicos desde los primeros niveles escolares, le da más reconocimiento a una persona que su propia calidad humana.

Por otra parte, el paradigma cualitativo, surge como alternativa al paradigma racionalista puesto que hay cuestiones problemáticas y restricciones que no se pueden explicar ni comprender en toda su existencia desde la perspectiva cuantitativa. Así mismo, el paradigma cualitativo posee un fundamento decididamente humanista para entender la realidad social de la posición idealista que resalta una concepción evolutiva y negociada del orden social.

Respecto al paradigma cuantitativo, tiene como propósito básico la investigación Socio – Educativa, la cual consiste en realizar mediciones y predicciones exactas del comportamiento regular de grupos Sociales. Según Gómez (2000)," En el Paradigma Cuantitativo, se estudia el objeto, la Realidad Social y Humana "desde afuera".

Sin embargo, ambos paradigmas son en la educación, ya que no podemos descartar la funcionabilidad de uno y otro, puesto que ambos se complementan para proyectar un mejor aprendizaje.

BIBLIOGRAFIA

Gómez, Ricardo. (2000). Pedagogía y Cognición. Ediciones McGraw-Hill Interamericana.

Kuhn, Thomas. (1962). La Estructura de las Revoluciones Científicas. Fondo Cultura Económica. 1971, México.

Habermas, Jürgen (1987). La Acción Comunicativa. Tomo I. Editorial Taurus. Madrid. España.

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