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lunes, 16 de mayo de 2011

LA TEORÍA FUNDAMENTADA. UNA APROXIMACIÓN A LA GENERACIÓN DE TEORÍAS


Autor: Boris Asdrúbal Arroyo Vergara

arrobor@gmail.com

RESUMEN

La pérdida de información relevante para la investigación, en el momento de la recogida de datos, por parte de los investigadores que utilizan preferentemente métodos cuantitativos en sus estudios, es la principal crítica de aquellos que realizan investigaciones científicas abordándolas desde una perspectiva con métodos predominantemente cualitativos. Por su parte, éstos últimos son considerados poco objetivos por su exceso de flexibilidad cuando constituyen las muestras de estudio y en la aplicación de procedimientos poco confiables para la validación de sus instrumentos, según el análisis que argumentan quienes prefieren los métodos cualitativos.

En el presente artículo, el autor desarrolla un proceso hermenéutico de diversos científicos que muestran la teoría fundamentada como una metodología de análisis cualitativo interpretativo para la generación de teorías, con la cual se pretende aminorar las carencias objetivas que algunos investigadores suponen en la investigación con métodos de índole cualitativo. Dicha teoría promueve el uso del Método Comparativo Constante, el Muestreo Teórico y la Saturación Conceptual de los datos como estrategias de análisis en la creación de la teoría formal.

Descriptores: Teoría Fundamentada, Método Comparativo Constante, Muestreo Teórico, Saturación Conceptual de Datos.

La Teoría Fundamentada o TF es un método para descubrir teorías, conceptos, hipótesis y proposiciones partiendo directamente de los datos y no de supuestos a priori de otras investigaciones y de marcos teóricos existentes. Su objeto es la identificación de procesos centrales básicos como fundamento de la teoría, a través de los cuales se pueden descubrir aspectos relevantes de una determinada área de estudio (Corbin y Strauss, 2002).

La TF tiene su origen en el año 1967 con la publicación del libro “The Discovery of Grounded Theory” de Glaser y Strauss, donde ambos autores convergen complementando sus respectivos métodos de investigación en una metodología de análisis cualitativo interpretativo, enfocando su atención hacia el proceso de conceptualización con base en la emergencia de patrones sociales a partir de los datos de investigación (Glaser y Strauss, 1967).

Barney Glaser proviene de la Universidad de Columbia, con una inclinación hacia los métodos cuantitativos a pesar de estar influenciado predominantemente por los trabajos de Lazarsfeld, un gran innovador para su época, quien combinaba tanto métodos cuantitativos como cualitativos. Por su parte, Anselm Strauss procede de una fuerte tradición en investigación cualitativa formada en la Universidad de Chicago, dónde estuvo, primero como estudiante y luego como docente, influenciado e inspirado por W. Thomas, J. Dewey, E. Huges y H. Blumer.

Ambos autores encontraron el camino para construir desde las diferencias de sus perspectivas una aproximación metodológica, como ellos la llamaron, dónde no es tan importante reconocer los estudios cualitativos de aquellos que no los son, sino identificar el procedimiento de investigación desde los principios fundamentales en los cuales se sustenta el análisis de la situación problemática.

En esta aproximación, el proceso de conceptualización cumple dos premisas elementales, en primer lugar que los conceptos están relacionados en forma abstracta con el tiempo, los lugares y las personas; y en segundo término que los mismos tienen un alcance teórico perdurable. Aun cuando son muchos los puntos de afinidad en los que la TF se identifica con otras aproximaciones de investigación cualitativa, se diferencia de aquellas por su énfasis en la construcción de teoría (Trinidad, Carrero y Soriano, 2006).

La TF trasciende los problemas asociados con los métodos descriptivos, principalmente los relacionados con la fiabilidad y el potencial de generalización, al resaltar la interrelación entre las cualidades del objeto de estudio y los aspectos epistemológicos y metacognitivos en la construcción de los datos e interpretación de teorías surgidas del seno de la investigación.

El procedimiento empleado sistemáticamente por la TF, permite analizar y validar las hipótesis teóricas emergentes en forma paralela con los procesos de análisis y obtención de los datos, generando a través de la inducción una teoría explicativa de un determinado fenómeno en estudio. En tal sentido, los conceptos y las relaciones entre los datos se producen y examinan continuamente hasta el término de la investigación.

Para Osses, Sánchez e Ibáñez (2006):

… la teoría surge de la interacción con los datos aportados por el trabajo de terreno. En este contexto, el análisis cualitativo de los datos es el proceso no matemático de interpretación, llevado a cabo con el propósito de descubrir conceptos y relaciones y de organizarlos en esquemas teóricos explicativos.”

Entonces se puede definir que la aproximación de la TF es una metodología para la generación de teorías de manera inductiva que plantea un proceso de análisis cualitativo, con el objetivo de generar proposiciones teóricas fundamentadas desde los datos empíricos. Los procedimientos que aplica la TF son la recopilación, codificación y análisis reflexivo en notas. Las estrategias que para ello utiliza son la aplicación sistemática del Método Comparativo Constante (MCC) y los criterios de Muestreo Teórico y Saturación Conceptual de las categorías encontradas.

El Muestreo Teórico radica en una búsqueda sistemática y sucesiva de la teoría que mejor se ajuste a los datos de los cuales se disponen. Tal procedimiento se usa durante el acopio o recogida de los datos, dónde el investigador acumula, codifica y analiza los datos, decidiendo sucesivamente los criterios de búsqueda a medida que va desarrollando el análisis y van emergiendo los postulados de la teoría en construcción (Ruiz, 1996).

El muestreo desde esta perspectiva es flexible, sin un punto de enfoque inicial, el investigador dirige su atención a aquellas situaciones que probablemente revistan una mayor importancia, utilizando, en la medida que desarrolla el análisis, cada nuevo hallazgo para dirigir la investigación a otros grupos y a localizaciones diversas que puedan ensanchar su interpretación.

El Muestreo Teórico no sigue un desarrollo lineal, porque no se sabe a priori como está constituida la muestra, dónde recopilarla ni cuál es el número de observaciones a realizar. La preocupación central en este tipo de muestreo, es encontrar la información relevante que respalde la teoría que se está buscando, en vez del tamaño correcto de la muestra o de la representatividad de la misma, como en los estudios cuantitativos tradicionales. Este es uno de los puntos relevantes a interiorizar para el uso correcto de la estrategia analítica. El investigador aísla porciones del contenido de acuerdo a cómo vayan presentándose los símbolos, palabras claves, o temas que se consideren oportunos desde los propios datos. Estas unidades analizables por separado son denominadas en la TF incidentes, es decir todo aquello que tiene significado por sí mismo.

Entonces en la TF el muestreo se considera como procedimiento de comprobación del marco teórico más que verificación de hipótesis preconcebidas. Allí los grupos no tienen una frontera claramente identificada, puesto que no se comparan poblaciones, sino características que a su vez delimitan patrones de comportamiento y actitudes (Carrero, 1999).

El procedimiento de muestreo consiste en ir aplicando el Método Comparativo Constante desde que se inicia la recogida de los datos y de acuerdo con su orden de aparición. Implica que el análisis va aproximando sucesivamente la teoría en desarrollo a la teoría formal, haciendo énfasis en una postura inductiva, en otras palabras la teoría emerge después de acopiar los datos y no antes como sucede en las perspectivas deductivas.

Ahora bien, en este punto cabe preguntarse ¿realizado el primer análisis, a que grupos de datos debe regresar necesariamente el investigador en las posteriores recogidas de información? El criterio que propone la TF es que deben seleccionarse aquellos grupos que presenten una mayor variabilidad respecto al grupo inicial, lo cual supone una búsqueda constante de los extremos dentro del fenómeno que la variable dice representar.

En la fase inicial se van seleccionando los incidentes por las características comunes, permitiendo la creación de categorías. Al continuar la recogida y análisis de datos, se comparan las categorías haciendo posible la definición de sus atributos, la determinación de variaciones internas y delimitación del alcance. Dicho de otro modo, al contrastar los grupos el investigador debe centrarse en las propiedades de éstos teniendo como objetivo último la creación de teoría. De existir diferencias entre grupos, éstas enriquecen la comparación más que descalificarla, incrementando la amplitud del rango de los grupos así como la disponibilidad de ideas para fundamentar la teoría.

Surge ahora otra interrogante ¿en qué momento debe detenerse el Método Comparativo Constante? Al respecto Creswell (1998) expresa que este método es un proceso en zigzag, en cuanto se va al campo de observación reiteradamente para obtener datos y analizarlos en búsqueda de nuevas categorías, hasta que la comparación de incidentes no arroje diferencias significativas al estudio, es decir que las categorías definidas se consideren saturadas.

Según esta afirmación si se adopta la TF como metodología de investigación, el tamaño muestral se determina únicamente por el criterio de saturación de las categorías investigadas, que implica el incremento gradual y sucesivo de la muestra hasta que no se observen diferencias considerables en los nuevos grupos de estudio.

Todo lo anteriormente expuesto permite esbozar tres fases de la TF: comparación y categorización de incidentes, integración de las categorías y conceptualización y reducción de la teoría. Estas fases no siguen un desarrollo lineal, sino que van solapándose y realimentándose unas a otras hasta obtener la teoría formal buscada.

El método inicia comparando incidentes enfocando la atención en las semejanzas y diferencias entre ellos. Los incidentes son comparados en la misma teoría del mismo grupo y en la misma categoría con otros grupos y subgrupos distintos. Cada semejanza da pie a la identificación de una categoría la cual debe ser codificada para análisis posteriores, en tanto las diferencias internas de las categorías establecen la definición de atributos.

La continua comparación de los datos siguiendo los principios del Muestreo Teórico y realizando el análisis de éstos al mismo tiempo que su recolección, hace que se vaya acumulando el conocimiento de las propiedades de las categorías, permitiendo su ordenamiento e integración constituyendo lo que se ha venido denominando el núcleo de la teoría emergente. El Método Comparativo Constante hace entonces que las categorías sean reducidas en una teoría emergente, cuando se alcanza su nivel de saturación.

Cabe resaltar que la TF no es un procedimiento preestablecido, inmutable, que necesariamente cause la generación de un sistema de categorías capaz de conducir a la elaboración de teorías, porque solamente si el investigador domina los procesos críticos reflexivos podrá lograr este fin. Necesario es entonces, que el investigador tenga aptitudes analíticas que permitan relacionar conceptualmente las categorías, respondiendo a la realidad observada. Tampoco hay que olvidar que cada teoría emergente siempre será posible analizarla desde nuevas perspectivas, generando interrogantes previamente no planteadas que inviten a la creación de nuevos conocimientos.

Por otra parte, es indudable que la TF ha aclarado las dudas planteadas en el tratamiento de la muestra cuando se aplican los métodos cualitativos, por aquellos que defienden enfoques basados en métodos cuantitativos, al señalar la importancia de la saturación conceptual en la interrupción de la recogida de datos, lo que determina el tamaño muestral en la TF.


REFERENCIAS

CARRERO, V. (1999). Análisis cualitativo de datos: aplicación de la teoría fundamentada, “Grounded Theory”, en el ámbito de la innovación organizacional. Castellón: Universidad Jaime I.

CORBIN, J. Y STRAUSS, A. (2002). Bases de la investigación cualitativa: Técnicas y procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada. Colombia: Universidad de Antioquia.

CRESWELL, J.W. (1998). Qualitative inquiry and research design. Choosing among five traditions. Londres: Sage.

GLASER, B. Y STRAUSS,A. (1967). The Discovery of Grounded Theory: strategies for qualitative research. Nueva York: Aldine de Gruyter.

OSSES, S., SÁNCHEZ, I. Y IBÁÑEZ, F. (2006). Investigación cualitativa en educación. Hacia la generación de teoría a través del proceso analítico. [página en línea] http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=s0718-07052006000100007&script =sciarttext. [consultado, abril 2011]

RUÍZ OLABUÉNAGA, J. (1996). Metodología de la investigación cualitativa. Bilbao: Universidad de Deusto.

TRINIDAD, A., CARRERO, V. Y SORIANO, R. (2006): Teoría fundamentada “Grounded Theory”, Cuaderno Metodológico N° 37. Madrid: CIS.

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