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martes, 17 de mayo de 2011

ENSAYO SOBRE LA TEORÍA DE LOS PROTOTIPOS DE ELEANOR ROSCH



Nancy Antolínez G.

Dentro de la familia de las teorías probabilísticas de los conceptos, se encuentra la Teoría de los Prototipos. Aunque ya desde los años cincuenta hay trabajos psicológicos en este campo, la psicóloga norteamericana Eleanor Rosch es pionera en el desarrollo e introducción del prototipo en la lingüística y, a raíz de sus investigaciones, han surgido numerosos estudios sobre el prototipo en la semántica actual.

Ante la categorización clásica nace la hipótesis de que las clases poseen confines borrosos. Uno de los principales antecedentes de esta perspectiva lo aporta Wittgenstein (1988) citado por Moure (1994), quien equipara el significado de un término a su contexto de uso y desde entonces, las categorías semánticas no serían ya discretas y absolutas sino más bien difusas y circunstanciales. Rechazando la afirmación clásica de que todos los ejemplares de un concepto tienen una serie de atributos comunes, propone la idea de la existencia de un aire de familia, cuya posesión permite aglutinar a estos ejemplares en una misma categoría.

Reinterpretada esta propuesta por Rosch en sus estudios sobre la formación de conceptos naturales, generará nuevos enfoques en el aprendizaje de conceptos, entre los cuales destacan aquellos que asumen la concepción probabilística, según la que el hecho de poseer o carecer de los atributos del concepto, no implica necesariamente ni su inclusión ni su exclusión definitiva de una categoría, mas bien es cuestión de probabilidades.

El término prototipo surge originalmente como una alternativa y/o complemento a la categorización tradicional por medio del sema. Ambos representan dos formas de concebir el entorno, dos formas de clasificar y categorizar aquello que se ve. Generalizar es obviar las diferencias entre entidades y agruparlas según sus semejanzas, mientras que discriminar es justo el procedimiento contrario: insistir en los rasgos diferenciales con la finalidad de no confundirlas entre sí. Si no se generaliza, no es posible sobrepasar el nivel de las entidades individuales y la realidad sería caótica y constantemente nueva, de forma que no se podría llegar a una estructuración conceptual. Si no se discriminara todo sería uno y tampoco habría pensamiento.

Por otro lado, la presencia de focos en las categorías o ejemplares que los individuos reconocen más rápidamente y que además aprenden antes y usan con mayor frecuencia pues son cognitivamente más destacados, fue uno de los aportes que tomó Rosch de los experimentos de B. Berlin y P. Kay (1969), a los cuáles integró los estudios en semántica de H. Putnam entre 1973 y 1975, quien identificaba estereotipos socio-culturales para explicar las divisiones del significado, de donde definía estereotipo como un conjunto de datos relativos a la aplicación de un término, establecidos socialmente.

La Teoría de Prototipos nace en cuanto se formula explícitamente la presencia de un espacio continuo para graduar el paso de una categoría a otra y para estructurar el interior de cada una de ellas. Ahora las categorías no son uniformes, además tienen ejemplares representativos que constituyen sus focos y, por ende unas periferias indeterminadas donde se ubican los ejemplares menos representativos, es decir hay más heterogeneidad. Bajo esta concepción de categoría, se permite también establecer un orden interno por su semejanza con el ejemplar que actúa como foco; así las categorías se constituyen sobre su parecido con ciertos ejemplares óptimos y no sobre un número determinado de propiedades específicas y constantes comunes a todos sus miembros. En cierto sentido, estas categorías poseen fronteras dinámicas, que permiten la inclusión de un número indefinido de integrantes.

Posteriormente y ante las críticas a la aproximación inicial que se hace de prototipo, se empiezan a ordenar dentro de las categorías, las propiedades de acuerdo a su importancia relativa para luego ubicar cada ejemplar en su correspondiente lugar, acorde a la situación y en función del número y calidad de los requisitos que satisfaga, así, la categoría tiene una estructura interna donde el prototipo es el eje en torno al cual los demás miembros se organizan. Los ejemplares se asemejan en mayor o menor grado al prototipo, los más parecidos irán hacia el centro y los menos parecidos a las fronteras. En el modelo clásico los miembros de una categoría lo son por cumplir las mismas condiciones, así, todos los pájaros son igual de "pájaros" una vez incluidos en esa categoría, sin embargo para la Teoría de los Prototipos unos elementos de la categoría son más "pájaros" que otros; por ejemplo un turpial es más “pájaro” que un pingüino.

Por otro parte Kleiber (1994) en su libro “La Semántica de los Prototipos” afirma que en la "versión estándar" formulada por Rosch y su grupo, el prototipo es considerado "como el ejemplar más idóneo e incluso el mejor caso, el mejor representante o caso central de una categoría" (p. 47), para pasar posteriormente a definirse "como el ejemplar idóneo comúnmente asociado a una categoría” (p.49). De esta forma, los aspectos graduales de proximidad al prototipo dentro de la categoría quedan definidos por la frecuencia del uso o asignación entre los sujetos (forma estadística).

Ya no solo se trata de establecer categorías "verdaderas", sino de comprender los mecanismos psíquicos "reales" por los que éstas se establecen. Esto se puede entender mejor comparando el proceso de categorización según el modelo de las Condiciones Necesarias y Suficientes (CNS) de Kleiber, para quien, por ejemplo, una morsa es tan "mamífero" como una vaca; sin embargo, desde el punto de vista aportado por la Semántica de los Prototipos (SP), basado en el modelo "experiencial", una morsa estaría más alejada del prototipo de mamífero que se convirtiera en referencia o centro; por ejemplo el hombre.

Al ofrecer una categoría dispersa y variable en su distancia al prototipo central (no equidistante, como en el modelo CNS), se introducen nuevos factores de organización; estas proposiciones contienen una doble concepción de categoría y categorización, marcan, por un lado, el orden interno de las categorías que provee una dimensión horizontal y por otro lado, establecen cuáles son las líneas macros de la estructuración intercategorial, es decir, la dimensión vertical. Rosch y su equipo proponen entonces tres niveles dentro de las categorías: un nivel supraordinado, uno de base y uno subordinado. Al establecer esta jerarquía, se determinaba un nivel privilegiado dentro de la categoría: el de base o básico.

Interpretando a Rosch, Pozo (2010) afirma que los conceptos de nivel básico manejan un óptimo nivel de discriminación y generalización, lo que les da un máximo contenido informativo, sin embargo los conceptos de nivel supraordinado tienen escasos atributos, por lo que discriminan muy poco mientras que los subordinados tiene demasiados pero ameritan una mayor carga mental de clasificación y un conocimiento más profundo, por lo tanto, según Rosch (1978) la economía cognitiva que rige el sistema de procesamiento humano determina que sean los conceptos de nivel básico los de mayor utilidad al categorizar el mundo.

En esta escala, las categorías situadas en los niveles inferiores se hallan incluidas en las categorías de nivel superior. Por ejemplo el supraordinado, donde se ubicarían conceptos muy abstractos e inclusivos como “carnívoro”, contendría a aquellos que pertenecen al nivel básico, de un grado de abstracción intermedio como “perro” y, este nivel a su vez incluiría a los conceptos más específicos de un nivel subordinado como “dálmata”.

Para Rosch, el prototipo actúa como "punto de referente cognitivo" (cognitive reference point) para los procesos de clasificación de los elementos en las experiencias particulares. La verificación de los principios emanados del modelo permite llegar a las siguientes conclusiones:

  1. Se categorizan más rápido los miembros prototípicos que los no prototípicos,
  2. Los miembros prototípicos son los que primero aprenden los niños;
  3. Los prototipos se constituyen en puntos de referencia cognitiva;
  4. Es común que al enumerar los miembros de una categoría, los prototipos se nombren en primer lugar.

La Teoría de los Prototipos y sus principios, tienen significativos aportes para amplios campos de aplicación, pues no sólo dominan toda la semántica léxica, sino que son aplicables a cualquier fenómeno que implique una categorización. El nutritivo proceso de categorización que aporta esta teoría y su correspondiente impacto en las formas de aprendizajes de conceptos, ha generado numerosas discusiones y revisiones que enriquecen los campos en los que ha sido aplicado el concepto de prototipo, entre los que se pueden mencionar como ejemplos, la gramática cognitiva, fonética, morfo-fonología y la sintaxis, entre otros.

REFERENCIAS

BERLÍN, B. & KAY, P. (1969): Basic Color Terms: their Universality and Evolution,

Berkeley, University of California Press, in E. Rosch & B. Lloyd (eds.):Cognition and Categorization, Hilldale, Laurence Erlbaum Ass

KLEIBER, G. (1995). La semántica de los prototipos. Categoría y sentido léxico. Madrid: Visor Libros.

MOURE, T. (1994). Contextos. Nº 23-24. La teoría de prototipos y su aplicación en Gramática. España: Universidad de León.

POZO, J. (2010). Teorías cognitivas del aprendizaje. Madrid: Ediciones Morata.

PUTNAM, H. (1975): Mind, languaje and reality, Philosophical Papers, vol 2, Cambridge, Massa. Cambridge University Press. En J.I.Pozo . Teorías cognitivas del aprendizaje. Madrid: Ediciones Morata.

ROSCH, E. (1973): On the internal structure of perceptual and semantic categories, in T. E. Moore (ed.): Cognitive Development and the Acquisition of Language, New York- London, Academic Press.

ROSCH, E. (1978): Principies of Categorization, in E. Rosch & B. Lloyd (eds.): Cognition and Categorization, Hilldale, Laurence Erlbaum Ass. En: J.I.Pozo . Teorías cognitivas del aprendizaje. Madrid: Ediciones Morata.

WITTGENSTEIN, L. (1988): Investigaciones filosóficas. Crítica, Barcelona. En:T. Moure. Contextos. Nº 23-24. La teoría de prototipos y su aplicación en Gramática. España: Universidad de León.

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